lunes, 28 de enero de 2013

De La Caballada salteña a La Puebla canaria


La cuna del Tannat

Cavas de La Caballada salteña.
(Pablo Larrosa, Fototeca Sur)
En las viñas salteñas del valle del río Dayman aún quedan por descubrir surcos abiertos por el francés Pascual Harriague, padre de la vitivinicultura uruguaya. En las barricas puestas a orillas del arroyo Las Piedras, todavía madura la alquimia poderosa de Héctor Stagnari, el enólogo genovés que legó sabiduría escrita a los modernos productores de Tannat, el fruto nacional que recorre el mundo impulsado por premios y exclamaciones de admiración. Por ambos sitios pasaron otros italianos memorables. En las costas de La Caballada, en 1846, estuvo Giusseppe Garibaldi, muy poco antes de la heroica batalla de San Antonio. En La Puebla canaria, en 1927, fueron agasajados el dramaturgo Luigi Pirandello y su compañera, la actriz Marta Abba.

Sobre la base del fascículo N° 5 de la serie Bodegas del Uruguay (Fototeca Sur para El Observador, 2007), del artículo publicado en la revista Incuna (Gijón, España, 2011) y de un viaje al departamento de Salto (2012).

Vides de La Puebla canaria
coronadas con rosas.
(Pablo Larrosa, Fototeca Sur)
Quienes alguna vez estuvieron en La Puebla saben que sus caídas de sol inspiran pasión. No son atardeceres de río, pero, tampoco de campo. Los disfrutó el enólogo Denis Duveau, una primavera de 2002, cuando se comprometió con los Stagnari, aún conmovido por los reflejos dorados en el viñedo. “Este tinto parece a la medida de mis clientes”, presagió el francés, mientras saboreaba una copa de un producto cultivado en el Daymán.
Héctor Stagnari, autor del vino, suele evocar aquel encuentro memorable: “El colega cumplió con su palabra y nos abrió las puertas del mundo”, reconoce, agradecido. No es para menos. Poco antes, su tímida oferta en la feria de Prowine, había sido respondida con una pregunta repleta de desconfianza: ¿Vinos uruguayos?
Duveau comercializó toda nuestra producción, a los mismos clientes, a un valor cuatro veces superior”, recuerda Virginia Moreira Burastero, socia del emprendimiento familiar dedicado a la elaboración de vinos de alta gama. Para los antiguos vitivinicultores, empresarios innovadores, fue el inicio de una etapa de consolidación, luego de tanta incertidumbre. Un camino de lucha, también de gloria insospechada, señalado por el Tannat Dayman Castel La Puebla, primer campeón mundial uruguayo, en Ljubljana, Eslovenia, 2006.
La Caballada en 1890, con su puerto propio
y toda la gloria de Pascual Harriague.
(Gobierno de Salto)
La Caballada, el mayor establecimiento de Vinos Finos H. Stagnari, está ubicado al sur de Salto, en la misma zona elegida por el vasco–francés Pascual Harriague para sus legendarios viñedos Nueva Hespérides. En 1874 el padre de la vitivinicultura nacional implantó ejemplares de Tannat de Madirán, traídos de la argentina Concordia. Más de un siglo después, tras años de investigación, Stagnari continuó el surco fundacional de Harriague. En 1986 comenzó a producir vinos finos, en una mínima parcela, entre las vides de su padre. En 2000 se independizó y se quedó en el campo salteño de 50 hectáreas. Allí realizó la primera reconversión nacional de viñedos e implantó clones de Tannat seleccionados en Francia, para concebir los frutos de sus sueños. “Las cepas de alta gama no deben ser plantadas donde sea más cómodo, sino donde es mejor para el vino”, sostiene Stagnari, administrador y propietario de La Caballada. La tierra de los campeones del mundo.


Tannat, Lorda, Harriague
Madirán hoy.
(Wikipedia)
Los tres nombren describen al mismo “Vino del rey” Luis XVI. Las cepas originales fueron llevadas a la localidad argentina de Concordia, por el inmigrante vasco-francés Juan Jaúregui.
Aquellas plantas habían sido concebidas a principios de la década de 1780, en la casa del abuelo paterno de Jáuregui, que conocía a los mayordomos de las fincas que el monarca poseía en la zona vitivinícola de Madirán. La corona francesa había puesto las mas duras penas a los administradores y súbditos que se apropiaran de un sólo gajo de las cepas. La orden fue acatada por algunos años, hasta que uno de los empleados le entregó al abuelo de Jáuregui, uno de los sarmientos de la parra que había segado y que debía quemar. El beneficiado plantó las cepas Tannat, con tanto éxito para él, pero tanta mala suerte para su amigo, que la noticia llegó a la corte de París. El mayordomo pasó 14 años en la cárcel, uno por cada sarmiento entregado. La pena fue cumplida hasta 1789, cuando el triunfo de la Revolución Francesa, liberó a los presos  y depuso al celoso monarca.
El nombre Tannat deriva de la percepción que los enólogos franceses tuvieron de sus taninos altos. En Madirán se mezcla (a 60-70%) con Cabernet Sauvignon y Cabernet Franc. En la actualidad los mayores y mejores cultivos se encuentran en Francia y Uruguay, pero en territorio oriental es sabor nacional. También se planta en la Provincia de Buenos Aires y en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia.

La Caballada vista
Vestigios patrimoniales de La Caballada.
(Gobierno de Salto)
“El establecimiento de Pascual Harriague tenía un gran edificio de ochenta y un metros de largo por veinticinco de ancho. En sus sótanos, a una temperatura fresca, con una ventilación sin exceso, se hallaba la bodega, con todo el vino elaborado, que iba haciendo en el descanso su mérito. En la parte alta, amplísima, con piso de madera, tenían colocación las prensas, trituradoras y demás maquinarias llamadas a iniciar la elaboración. Ocho grandes aberturas y una serie de ventiladores movidos por un motor daban luz y aire a esa sección que, en la época de labor, con tanta gente trabajando, tanto movimiento, tanto detalle de ruidos y funciones coordinadas, presentaban el aspecto animado de una fábrica. Al borde del piso estaban las bocas de las grandes cubas, que en número de treinta y cinco se hallaban perfectamente enfiladas. En ellas se hacía la fermentación. Había diecisiete con capacidad de veinte mil litros cada una y el resto de cinco a seis mil litros. El precio de las primeras era de cuatrocientos pesos oro cada una y ello dará una idea del capital empleado solamente por ese concepto. Para el mismo fin había doscientos bocoyes, pues hubo alguna vez que por razones de técnica, se prefería hacer fermentación especialmente en ellos. El número parece todavía poco con esos doscientos cincuenta recipientes, algunos de proporciones colosales, del tamaño de una habitación. Y parece poco porque debemos añadir cinco mil bordalesas llamadas a contener los vinos una vez destinados a la venta.”
Crónica del diario La Prensa, Salto, 1910, año del incendio que arrasó La Caballada.


La uva Tannat fue creada en la región del sur francés que rodea a la localidad de Madirán, pero también crece en Iruleguy, muy cerca de la frontera con España. 

La Puebla
Festejos y cultura en La Puebla. De
izquierda a derecha: los críticos Manlio Vitale
D'Amico, Cyro Scosería, José Pedro Blixen,
comediógrafo Edmundo Bianchi, Luigi Pirandello,
Tina y Marta Abba, los periodistas Luis Alberto
Moreno, Luis Torres Guinart, Eugenio Alsina,
y el escultor Amado Rossi Magliaro.
(Foto de Lorenzo Torres Cladera, 1927)
En 1890 el médico español Federico de Velazco adquirió una pequeña hacienda de veinte hectáreas, a orillas del arroyo Las Piedras. El rico inmigrante le puso el nombre de su pueblo en la isla de Mallorca y construyó una casa de verano que compartió con su esposa y su hija adoptiva Rosa. La muchacha no era muy linda, decían testigos presenciales, pero recibió una gran fortuna que atrajo a Lorenzo Torres Cladera, un dandy de la época. El marido desatento, compulsivo organizador de fiestas y periodista en tiempos libres, se vanagloriaba de haber agasajado en La Puebla al dramaturgo italiano Luigi Pirandello y a su amante, la actriz Marta Abba. Fue el gran acontecimiento social de 1927, según crónica de Ángel Curotto en el diario El Día.
Rosa fue abandonada por Torres Cladera, pero todavía poseía medios como para casarse en segundas nupcias con un señor de apellido Buencristiano, que le quitó todo glamour al lugar. Ella malvivía encerrada en La Puebla y, no muy lejos, él mantenía otra familia muy bien instalada. Los herederos, esposa paralela e hijos, descuidaron la propiedad durante veinte años, hasta que la compró un arquitecto, que en 1994 se la vendió a los Stagnari.
Luigi Pirandello lanzando una bocha
en el partido jugado en La Puebla,
el 17 de agosto de 1927. Su rival,
el crítico José Pedro Blixen Ramírez.
Entre ellos Luis Alberto Moreno y al lado
del dramaturgo, Marta Abba, apasionada
intérprete de su teatro y de su vida.
(Foto de Lorenzo Torres Cladera)
La histórica residencia, que recuperó su dignidad, ahora está rodeada por una viña de diez hectáreas. Desde la primera vendimia, en 2000, es Castel La Puebla una bodega con la mejor tecnología para la elaboración de vinos finos. Los camiones cargados en La Caballada llegan allí de madrugada, con racimos que deben ser clasificados en las mesas de selección. Luego de la molienda, los mostos permanecen veinte días en cubas de acero inoxidable con temperatura controlada. Finalizada la maceración, ese néctar va a descansar a las cavas. El vino joven tiene una maduración de seis meses. El vino de guarda debe pasar un año en barricas de roble de Allier, seleccionadas y compradas una por una. “Las botellas se etiquetan a mano, de manera artesanal, porque el etiquetado es también un control de calidad”, asegura Virginia Moreira.

Héctor Stagnari
El ingreso a Castel La Puebla.
(Héctor Stagnari)
Es un autor de vinos tintos, que una mañana le regaló un poema de amor a su esposa. Para que fuera realmente único, distinto, lo escribió con gotas de exquisitas uvas blancas cultivadas en La Puebla. Le llamó Chardonnay De Virginia, como tributo a la compañera que, con fuerte carácter, le ayudó a enfrentar la crisis bancaria de 2002.
La bodega tenía una deuda con la empresa francesa que les suministraba maquinaria, impagable por la devaluación y la falta de crédito. Ella fue a buscar una solución al Banco República, dispuesta a vencer toda adversidad. Con un agua mineral, un sándwich y mucha paciencia, esperó seis horas hasta que fue atendida por una directora. “Creo se sensibilizó, al verme como la madre que defendía el futuro de sus hijos”, recuerda la brava mujer que consiguió un prefinanciamiento para exportaciones que permitió pagar la obligación. Poco después, los Stagnari conocieron a Denis Duveau.

Secretos entrañables
La hileras en lira de La Puebla.
(Pablo Larrosa, Fototeca Sur)
Más del 90% de la superficie de La Caballada está cultivada con uva Tannat, complementada con Cabernet Sauvignon, Shiraz y Merlot para vinos tintos y Gewürztraminer, Viognier y Chardonnay para vinos blancos. Stagnari plantó allí el primer viñedo sudamericano con cepas colocadas a una distancia de un metro entre las filas y un metro entre las plantas. Es un trabajo complejo, hecho a mano y recorrido a pie, por senderos estrechos. Su objetivo: menos cantidad y más calidad. “Esa alta densidad crea una competencia que baja la producción a menos de un kilo por hectárea”, explica el enólogo que diseña frutas con inusual concentración de color, estructura y nariz. Cabernet Sauvignion Primer Viñedo 1x1 fue Medalla de Oro en el Concurso Catad’or, Gran Premio Princesa Laetita d’Aremberg.
Don Héctor Stagnari escribió, en 1925, antiguas fórmulas traídas desde su Génova natal. El sabio enólogo nunca imaginó que su nieto iba a conservar aquellos apuntes, con entrañable admiración, tanta, que un día se decidió a seguirlos al pie de la letra. Así creó una serie de 1350 botellas de un vino elaborado a mano, con secretos porcentajes de Tannat y Cabernet, pasados de un tanque a otro con baldes. Dinastía fue el segundo campeón mundial uruguayo, en Ljubljana, Eslovenia, 2007.
La Puebla en el siglo XXI.
(Héctor Stagnari)
Vinalies es una feria que se hace usualmente en Francia, llevada este año a Chile. Los principales enólogos franceses se reunieron con el pretexto de premiar a la región, pero, todos lo sabían, en realidad era un homenaje a los vinos chilenos y a sus colegas argentinos. Aunque era una cata a ciegas, había certeza de que ganarían quienes debían ganar. Quizá por eso, el Instituto Nacional de Vitivinicultura recibió la noticia con sorprendido regocijo. Tannat Viejo, uno de los seis mejores vinos tintos del mundo, que ya había obtenido el título de Campeón del Hemisferio Sur en 2003, revalidaba su prestigio como el mejor tinto presentado en Santiago.
Cuando George Bush estuvo en la estancia de Anchorena, en 2007, la bodega H. Stagnari fue invitada, como reconocimiento al primer premio en Lubljana, el certamen más antiguo, el más exigente, y el único que otorga título de campeón del mundo. La propuesta del por entonces presidente Tabaré Vázquez fue ampliada –por iniciativa de los Stagnari– a una mesa de presentación de marcas uruguayas. “Bush los disfrutó mucho, pero no probó ninguno. Solamente, les tomó el aroma. Sí los probó su esposa Laura, que nos compró una caja de Dayman”, cuenta Virginia Moreira Burastero, la apasionada bodeguera, nieta de bodegueros. “Llamamos a los colegas, por respeto a nuestro trabajo y por amor a lo que hacemos”, afirma Héctor Stagnari, mientras brinda por los vinos finos uruguayos. Con un Chardonnay De Virginia, pletórico de carácter.

Aunque en Concordia la cepa francesa era conocida como “Lorda”, en Uruguay siempre fue "Harriague", en honor al pionero Don Pascual, y durante décadas así se llamó un vino tinto común muy popular.

Héctor Stagnari fue el primer enólogo uruguayo que plantó viñedos “1 x1”
El secreto está en el fruto”
Virginia Moreira
y Héctor Stagnari.
(Pablo Larrosa, Fototeca Sur)
El enólogo, recibido en 1978, es un prolífico autor de vinos finos que recorren el mundo ganando títulos y admiración. Con su esposa, Virginia, comparte un emprendimiento familiar que honra al país. Un trabajo colectivo que tiene el sello y la firma de Héctor Stagnari: la calidad siempre es prioridad, por encima de la cantidad.

-¿Por qué eligió Salto para sus viñedos?
-Cuando fui a trabajar a Bordeaux y Chateuneuf du Pape, solía recorrer treinta kilómetros para disfrutar la diversidad del paisaje. Los viñedos estaban rodeados por tierras gordas, con maíz y cebada, y por la costa arenosa, donde se plantan pinos. Allí aprendí que cada cosa debe estar en su lugar y comprendí que el valle del río Dayman tiene excelentes condiciones para la producción de vinos de alta calidad. Está ubicado en el paralelo 32 al sur y posee una excelente relación entre clima y suelo. Nuestro establecimiento queda muy cerca del lago de Salto Grande, en tierras de medio metro de profundidad, sobre una base de canto rodado. Entre piedras, casi sin materia orgánica pero con muy buen drenaje, se enriquecen las raíces de las plantas adultas. Cuando comienza a caer el sol, se nota una brisa del río Uruguay. Los termómetros registran, en enero y febrero, una temperatura promedio de 45 grados en el día, que baja a 20 grados en la noche. Esa amplitud térmica permite la maduración de los taninos. La viña trabaja con mucho calor y descansa cuando se refresca.

-¿Cultivar Tannat es un retorno a los orígenes?
-Es un homenaje a una antigua tradición de buenos vinos. El ex intendente Eduardo Malaquina nos contó que Pascual Harriague plantó sus primeras cepas de tannat, justo donde está La Caballada, en el valle del Daymán. Nosotros tenemos una pequeña parte de sus 200 hectáreas. Harriague fue el primero que exportó en toneles de roble y el primero que obtuvo premios internacionales. Los uruguayos tenemos una deuda con él, debemos recuperar la denominación Harriague como sello de calidad.

Cepas canarias.
(Pablo Larrosa, Fototeca Sur)
-¿Produce toda la uva de sus vinos?
-De la primera a la última, por principios éticos, de trabajo y de vida. Estoy convencido de que el secreto está en el fruto. Nosotros raleamos la mitad de la cosecha: una parte se elimina en la poda y solamente el 50% se vuelca en la vendimia. Siempre hay alguien que me dice que estoy loco. Pero, como no me conmueve el dinero, no me preocupa perder cantidad, si gano calidad. Soy drástico en el raleo, porque es lo mejor para la uva y para ajustar su selección. Por hectárea nunca sacamos más de 8.000 botellas.

-¿Cuánto se define en La Puebla?
-Es donde hacemos la combinación definitiva con muy buena tecnología, aunque, siempre recuerdo que en Francia y California confirmé una lección de los apuntes enológicos de mi abuelo: lo único esencial es la mano del autor. Me fui a buscar grandeza y modernidad, pero, encontré establecimientos artesanales. En la bodega también soy drástico. Hago un control de calidad en cubas que me permiten una comprobación empírica, muy precisa. Si una producción no me convence, se deshecha.

-¿Qué le queda pendiente al creador de campeones del mundo?
-En 2003 plantamos variedades exóticas: Petit Verdot, Marselán, Equigaina, Cabernet Franc, Shiraz, Pinot Noire. Estamos investigando un vino que salga del Tannat, complejo, original. En realidad los títulos ¡vaya si importa! Cuando recibimos el primero en Bruselas, en 1995, nos parecía que iba a ser irrepetible. Nunca imaginamos que íbamos a ganar tantos. También nos emociona ser reconocidos sin mirar etiquetas. Hace un tiempo, un colega muy prestigioso, identificó nuestro Tannat Viejo a ciegas. Eso no tiene precio. Pero son logros que debemos ratificar con trabajo, con amor por el vino. En la empresa siempre estamos pensando en crecer, en exportar más. Ahora hay posibilidades en China, pero el volumen no nos encandila. Yo solo tengo un temor: que algún día no pueda mejorar la calidad. Ese día diré: hasta acá llego.

En Uruguay el 60% de la producción de Tannat se concentra en el departamento de Canelones.

Tannat Viejo 2005
Tannat Viejo 2005.
(Pablo Larrosa,
Fototeca Sur)
En 2006 fue reconocido como uno de los seis mejores tintos del mundo, producido sobre suelo arcilloso–arenoso. La vid joven desarrolla raíces en la capa superior, y permanece adulta entre cantos rodados pobres en materia orgánica, pero con excelente drenaje. La poda selectiva, el raleo de vendimia y un estricto control en cubas de precisión, bajan la producción a 8.000 botellas por hectárea, pero maximizan su calidad. El campeón del Hemisferio Sur 2003 y Mejor Vino Tinto de América Latina en Vinalies 2007, posee una fuerte personalidad, muy reconocida en catas a ciegas.

Elaboración
La uva se cosecha los últimos días de febrero, en La Caballada, con un procedimiento manual. Los viñedos tienen quince años de edad, cuentan con una densidad de plantación de 4.800 plantas por hectárea, y una exposición Norte–Sur. Los frutos se trasladan de noche en cajones de trece kilos y llegan en la madrugada a la bodega para una rigurosa clasificación de racimos en las mesas de Castel La Puebla. De inmediato se procede a la molienda y se deposita en los tanques de fermentación, con humedad y temperatura controlada. Se le aplican dos remontages por día y la maceración post–fermentativa se extiende entre 15 a 20 días. Para la extracción de polifenoles se separan las cáscaras y las semillas del jugo, sin plicar presión. La fermentación maloláctica se cumple en barricas de roble francés de Allier, de primer uso, durante un primer estacionamiento de doce meses. Luego se embotella y vuelve a la cava durante seis meses más. El etiquetado formar parte del severo control de calidad. Artesanas expertas realizan el procedimiento manual, botella por botella, para comprobar la entereza y el color del vidrio verde oscuro, y para revisar el sellado que lo protege e identifica, antes de salir a la venta.

Ficha Técnica
Variedades de uva: Tannat
Cosecha: 2005
Tipo de vino: tinto
Otros: Crianza

Datos Analíticos
Azúcar Reductor: 1.9 gr/l
Acidez Volátil: 0.54 gr H2SO4/l
Acidez Total: 3.5 gr H2SO4/l
Extracto Seco Reducido: 33.8 gr/l
SO2 Total: 92 mg/l
Alcohol: 14.5 %
Fermentación maloláctica: si

Gastronomía y Servicio
Para platos intensos, aunque no necesariamente poco elaborados. Compañero ideal de buenas carnes a la parrilla servidas a punto. Se aconseja decantar entre 20 y 30 minutos antes y servirlo en copa grande a 18 grados centígrados.

Nota de Cata
Color cubierto, con bordes violáceos, sin atisbos de oxidación y con mucho brillo superficial. Al moverlo muestra buen volumen y al retornar al reposo deja gruesas lagrimas que deslizan lentamente por las paredes de la copa. Sus aromas son densos, pesados, de frutas negras maduras: se distinguen ciruelas, moras y los matices de resina. Al llevarlo a la boca es corpulento, seco y denso, con taninos maduros pero presentes, con una dosis de astringencia que no es agresiva. Además de los aromas de nariz, aparecen algunas notas de especiadas y de chocolate, que provienen de su pasaje por la madera.

Dinastía 2004
Ficha Técnica. Siguiendo la tradición y de los apuntes de su abuelo, el enólogo Héctor Stagnari repite antiguas técnicas, selecciona y recolecta los racimos para elaborar un vino exclusivo que sale a la venta en muy reducidas ediciones numeradas. Tinto con base de tannat criado durante doce meses en barrica de roble francés.
Nota de Cata. Vino de color rojo con reflejos azules. Nariz muy interesante con recuerdos a frutas negras y especies al final. En la boca tiene una entrada elegante y sutil con taninos presentes y agradables. Final que perdura en toda la boca.
Premios. Campeón Mundial de Vinos Tintos 2007 (Ljubljana’s International Wine Competition).
Gastronomía. Para acompañar carnes bien condimentadas y a punto.

Dayman 2003
Ficha Técnica. Del viñedo ubicado en el valle que forma el río Uruguay y el río Dayman provienen las uvas que le dan origen a este tannat. La cercanía de dos corrientes de agua, trae como consecuencia un importante descenso de temperatura durante la noche. Esta diferencia térmica entre el día y la noche, tiene un excelente efecto en la maduración.
Nota de cata. Color negro. Nariz de frutas negras y roble. En la boca es franco, con taninos bien presentes, redondo y robusto. Muy frutado y de largo final.
Premios. Campeón Mundial de Vinos Tintos 2006 (Ljubljana’s Internacional Wine Competition).
Gastronomía. Compañero ideal para platos fuertes sobre todo piezas de caza.

Cabernet Sauvignon 1x1 Primer Viñedo 2005
Ficha Técnica. Es producido con uvas del primer viñedo implantado en América del Sur, con una densidad de plantación de 10.000 plantas por hectárea a una distancia de un metro entre plantas por un metro entre filas, lo que permite obtener una materia prima muy concentrada debido a la competencia que tienen las plantas por los nutrientes. Sólo 500 gramos por planta dan origen a este vino que reposa durante 12 meses en barricas de roble francés y solo salen a la venta las cosechas que son optimas.
Nota de cata. De color rojo rubí. Nariz agradable con recuerdo a pimiento verde y especies. En la boca es sutil y amable al entrar, dejándonos con sinceridad su pasaje por roble. Final que perdura y nos invita a seguir descubriéndolo.
Premios. Gran Medalla de Oro Concurso Catad’or. Gran Premio Princesa Laetita D’Arenberg.
Gastronomía. Es fiel compañero de quesos semiduros y fiambres potentes.

Tannat Premier 2007
Ficha Técnica. Elaborado con las primeras uvas que cosechadas ese año en La Caballada, Salto, este tinto joven y fresco, se consume durante el año de cosecha y que no tiene pasaje por barrica. Por ser un vino primor no deja de deslumbrarnos con su cuerpo y su color, sus aromas mentolados que nos atrapan.
Nota de cata. Se presenta ante nuestros ojos con un color rojo mezclado con azules y violáceos, propio del tannat. En nariz es muy limpio y franco recordándonos a las hierbas aromáticas como tomillo o jenjibre mezclado mentol. En boca es elegante y persistente.
Premios. Medalla de Oro Selecciones Mondiales, Canadá, 2004; Medalla de Plata Viniales de Francia, 2003, Medalla de Plata Bacchus, España, 2002.
Gastronomía. Compañero ideal para pastas con salsas potentes tipo boloñesa o putanesca más un buen queso sbrinz.

Chardonnay De Virginia 2007
Ficha técnica. Este vino blanco elaborado con uvas de La Puebla, el enólogo Héctor Stagnari logró satisfacer el paladar de su esposa Virginia Moreira Burastero, de ahí su nombre. Vino de gran volumen en boca debido a su crianza sobre borras e intenso aroma maduros típicos de la variedad.
Nota de cata. De color amarillo tenue con reflejos verdosos. En la nariz te atrapan los aromas frutales como pera, manzana, durazno, ananá. La boca es excepcional nos deja la sensación de un mix de frutas un tanto maduras producto de las uvas cosechadas bien maduras.
Premios. Medalla de Plata Chardonnay Du Monde, Francia, 2004.
Gastronomía. Hace buena pareja con los pescados a la plancha y los mariscos, también pastas con salsa lácteas y quesos cremosos.

Vinos Finos H. Stagnari
La etiqueta de un vino de autor.
(Héctor Stagnari)
Su viñedo de La Caballada está ubicado en el kilómetro 483 de la ruta 3, a diez kilómetros al sur de Salto. Su bodega y viñedo Castel La Puebla está en el kilómetro 20 de la ruta 5, en La Paz, departamento de Canelones. La empresa organiza visitas guiadas en ambos establecimientos, que incluyen viñedos, bodega, antiguas edificaciones y cava subterránea, con degustación y adquisición de vinos.
Por informes: 23622940 desde Uruguay – (+598) 2362 29 40 desde el exterior.
Página web: www.stagnari.com. Correo electrónico: lapuebla@stagnari.com.

BIOS
Juan Jáuregui (1812-1888)
Juan Jaúregui.
(Delaconcordia)
Nacido en Yruleguí, un pueblo de los Bajos Pirineos franceses, a los 23 años se embarcó en Burdeos rumbo a Montevideo. Con los ahorros conseguidos en la capital uruguaya se fue a Salto para abrir una fábrica de ladrillos que mantuvo entre 1836 y 1840. Luego se radicó en la localidad argentina de Concepción del Uruguay, y en 1861 trajo de contrabando, según una leyenda familiar escondida entre sus ropas, las primeras cepas de vides Tannat que en el territorio entrerriano todavía se llaman “Lorda”, una denominación inspirada en el apodo de Jáuregui. Dos años después, los viñedos franceses fueron devastados por la filoxera, un insecto parásito que luego de instalarse en la planta produce su muerte en tres años.
El emprendedor vasco vivía en Concordia cuando fabricó el primer vino Tannat, que en 1886 le dejó una ganancia neta de 20.000 pesos oro. Tan notable éxito comercial atrajo a su joven compatriota Pascual Harriague, radicado en la vecina Salto uruguaya, que le solicitó los sarmientos de la poda que iba a quemar.
En 1887, bajo el gobierno entrerriano de Manuel Basavilbaso, se hizo la primera Exposición Industrial y Comercial de Entre Ríos. Fue una oportunidad para que los productores de Concordia y Salto mostraran sus habilidades productivas. Los técnicos de la Quinta de Lorda quisieron enviar sus productos. La iniciativa pareció frustrarse por la negativa de Jáuregui, que no deseaba promocionar un vino creado para su familia y sus amigos.
Pero intervino la esposa del empresario, Juana Hualde, que remitió dos muestras de un genuino vino Lorda, que ganó la Medalla de Plata, un Diploma de Honor y 500 pesos para fomentar la industria vitivinícola. Jáuregui tan sólo vio el metálico enviado desde Paraná, la capital de Entre Ríos, porque murió antes de la entrega de premios de 1899.

Pascual Harriague (1819-1894)
Pascual Harriague, en 1880.
(Gobierno de Salto)
Nacido en Hasparren, una localidad de la región de Lapurdi, en los Bajos Pirineos franceses, fue el pionero de la vitivinicultura uruguaya y primer cultivador de la uva Tannat. En 1838 arribó a Montevideo, donde trabajó como peón por jornal en los saladeros del Cerro y luego fue dependiente en un comercio de San José. En 1840 se radicó en Salto, llamado por su amigo Juan Claviere, propietario del Saladero Quemado del Ceibal, que le vendió una parte del negocio. En poco tiempo abrió una curtiembre que se transformó en el Saladero La Caballada. Allí se preparaba tasajo a gran escala, toda clase de salazones, curtido de pieles, jabones y preparación de grasas.
En 1860 realizó los primeros ensayos con uvas criollas, pero sin éxito. Las cepas resultaban débiles y las cosechas logradas no justificaban la inversión. Harriague desistió de la vitivinicultura hasta que conoció a Juan Jáuregui, el por entonces admirado compatriota que había desarrollado un vino conocido como "Lorda", con uvas Tannat traídas desde un campo que su familia poseía en Madirán. 
Harriague comenzó a cultivar, en 1874, la cepa de hoja redondeada, muy poco conocida en Europa. Dos años después celebró la primera vendimia. Don Pascual fue propietario de tres de las 90 bodegas de Salto que convocaban a miles de consumidores de la región, uruguayos, argentinos, brasileños, paraguayos. Su establecimiento fue el mayor del país y el que producía la mayor cantidad de Tannat en América del Sur. También elaboraba los más variados tipos de vinos: tintos, claretes, blancos, secos, Bursac dulce y Coñac de una alta destilación y estacionamiento, que cruzaron fronteras y abrieron los mercados de París, Marsella y Bayona.
En 1888 el gobierno uruguayo le concedió una Medalla de Oro, por los resultados de sus cosechas, al año siguiente ganó Medallas de Plata en la Exposición Universal de Barcelona y en la Exposición Universal de París, por la calidad de sus vinos y su coñac. Por entonces había desaparecido el Tannat francés de los mercados europeos. Tan sólo quedaban pequeñas e ignoradas plantaciones en Uruguay y en Concordia. Pero la filoxera y la langosta también atacaron los viñedos de Harriague, quien arruinado regresó a su patria natal. Falleció en la localidad vasco-francesa de Bayona, pero sus cenizas fueron traídas a Salto por sus hijas Pascualina y Teresa.

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